sábado, 28 de mayo de 2016

Soluciones a la problemática de la Corrupción

"Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única manera" Albert Einstein

El combate contra la corrupción fortalece las instituciones democráticas, evita distorsiones de la economía, vicios en la gestión pública y el deterioro de la moral social (Ley Aprobatoria de la Convención Interamericana contra la Corrupción).

La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción  es el único instrumento universalmente vinculante. Su enfoque amplio y carácter obligatorio de varias provisiones lo convierten en una herramienta única para desarrollar una respuesta comprensiva a un problema global. La UNCAC abarca cinco áreas principales: prevención, criminalización y medidas para imponer el cumplimiento de la ley,  cooperación internacional, recuperación de capital ilegal, la asistencia técnica y el intercambio de información. UNCAC trata de un vasto abanico de actos corruptos en el sector privado. Una evolución significativa era la inclusión de un capítulo específico de la Convención acerca de la recuperación de activos ilícitos, un desafío mayor para países que persiguen los bienes de ex-líderes y otros oficiales acusados o declarados culpables de corrupción. La rápida adhesión de varios Estados a la Convención es una prueba adicional de que su alcance universal.

Desafortunadamente, el cáncer de la corrupción que afecta a demasiados gobiernos a nivel mundial, infecta también a las Naciones Unidas, siendo ésta una entidad

En Colombia existe la Comisión Nacional de Moralización, creada bajo la Ley 190 de 1995, con el fin de propiciar una adecuada coordinación y colaboración a las entidades gubernamentales en materia de lucha contra la corrupción, conformada por:

a.            El Presidente de la República
b.            El Procurador General de la Nación
c.             El Fiscal General de la Nación
d.            El Contralor General de la República
e.            El Defensor del Pueblo
f.              El Auditor General de la República
g.            El Presidente de la Corte Suprema de Justicia
h.            El Presidente del Consejo de Estado
i.              El Presidente del Senado
j.              El Presidente de la Cámara de Representantes
k.             El Ministro del Interior
l.              El Ministro de Justicia
m.           El Secretario de Transparencia de la Presidencia de la República


En el siguiente link, hay una explicación muy particular en cuanto a la Corrupción Política en Colombia:

Dentro de los mecanismos que se pueden aplicar contra la corrupción, están la expedición de leyes gubernamentales y la creación de entidades de vigilancia como lo mencionado anteriormente, pero se requiere también de una democracia participativa, que deje de lado la indiferencia colectiva que se vive hoy en día, ya que la corrupción es un problema de conciencia colectiva, para lo cual se requiere de líderes llenos de buenas costumbres, honestos, solidarios, con conciencia ética y moral que sean capaces de generar dicha conciencia en los grupos que lideren y de esta forma despierten del letargo de la indiferencia social. Este tipo de líderes se requieren en entidades de vigilancia y control ante la corrupción, pues aunque se emitan códigos de ética dentro de las organizaciones existentes, lamentablemente éstos no funcionan si no existe alguien que observe  su correcta aplicación y normatividad, por lo cual se requiere también de leyes contundentes que sancionen ética y moralmente a los infractores.

Una solución eficaz para acabar con la corrupción viene de la educación que se conceda a la sociedad, basada en valores éticos y morales, impartidos desde el hogar a cada individuo e impartidos en las organizaciones educativas y en el trabajo. Les dejo este link que explica una clara solución a la corrupción y cómo se inicia esta enfermedad de la sociedad: https://www.youtube.com/watch?v=AlPnTFMSjt4

miércoles, 11 de mayo de 2016

La corrupción como problema ético

“La corrupción navega sobre el inconsciente colectivo” Santos Galarza (1999)

El origen etimológico del término corrupción es del latín, en concreto, emana del vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los siguientes elementos: el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a acción y efecto”. Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica. En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole.

Como enunciara Santos Galarza (1999) “la corrupción es la epidemia de fin de siglo” y propone una de las definiciones más completas acerca de la corrupción, que presenta como un sistema de comportamiento de una red en la que participan un agente (individual o social) con intereses particulares y con poder de influencia para garantizar condiciones de impunidad, a fin de lograr que un grupo investido de capacidad de decisión de funcionarios públicos o de personas particulares, realicen actos ilegítimos que violan los valores éticos de honradez, probidad y justicia y que pueden también ser actor ilícitos que violan normas legales, para obtener beneficios económicos o de posición política o social, en perjuicio del bien común.


Según Voglewede & Asociados, existen varias actividades vinculadas a la corrupción a nivel de todo tipo de organización, que se concentran en cuatro grupos principales:

La corrupción en referencia al abuso de poder o mala conducta, abarca lo correspondiente a la corrupción empresarial, corrupción policial y corrupción política, generando un problema social que contrapone los intereses entre los colectivos sociales y sus dirigentes, con los valores democráticos sólidos y la falta de ética sobre todo en los niveles jerárquicos altos. Ante este tipo de abuso de poder, las consecuencias negativas al no combatirse son: favorece la reproducción de las burocracias, limita la credibilidad de los gobiernos, reduce los recursos para el trabajo honesto y naturaliza estos hechos, que perjudican sobremanera a quienes con su dinero o con su apoyo legitiman la corrupción.

Las organizaciones con baja incidencia de prácticas corruptas, no son las que tienen reglas estrictas o grandes inversiones en sistemas y controles, sino aquellas que tienen alineados a los 3 impulsores fundamentales de la integridad organizacional:
1) Liderazgo fuerte y participativo
2) Arquitectura Moral sana e Ingeniería Ética
3) Capital Humano Comprometido

La corrupción y su relación con el desarrollo humano [1]

En el Preámbulo de la Convención Interamericana contra la Corrupción se deja constancia sobre el convencimiento de los Estados Miembros de la OEA, que la corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas, atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia, así como contra el desarrollo integral de los pueblos y que están persuadidos de que el combate contra la corrupción fortalece las instituciones democráticas, evita distorsiones de la economía, vicios en la gestión pública y el deterioro de la moral social (Ley Aprobatoria de la Convención Interamericana contra la Corrupción, G.O. No. 36.211 del 22 de mayo de 1997).
La organización no gubernamental (ONG) Transparencia Internacional (Transparency International – TI), dedicada a mejorar la responsabilidad de los gobiernos y de la empresa privada, y a controlar la Corrupción tanto nacional como internacional, elabora desde 1995 el llamado Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), con base a consideración de elementos relacionados con el funcionamiento de la Administración Pública en los países del mundo. En 1999 añadió un nuevo índice, el Índice de Percepción de los Sobornadores, que clasifica a los diecinueve principales países exportadores en lo referente al grado en que se percibe que sus empresas pagan sobornos en el extranjero (Nelson, 2002: 199-200).

En el IPC de 2003, destacan Finlandia, Islandia, Dinamarca y Nueva Zelanda, como los países más limpios o transparentes del planeta; y por el contrario, Bangladesh, Nigeria y Haití, como los más corruptos.

No parece ser mera casualidad, que los países indicados entre los más corruptos (Bangladesh, Nigeria y Haití) presentaron para 2001 índice de desarrollo humano bajo, y los países más limpios y transparentes (Finlandia, Islandia, Dinamarca y Nueva Zelanda) índice de desarrollo humano alto, conforme los Indicadores del Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Lo anterior nos lleva a establecer, que la frecuencia de la Corrupción en un país determinado, define su desarrollo humano, el cual no necesariamente se asocia con un mayor Producto Interno Bruto (PIB), sino con una mayor tasa de alfabetización de adultos e índice de escolaridad, que igualmente determinan valores personales orientados a preservar la ética pública y la moral administrativa, y así garantizar el bienestar colectivo.

Y es que en definitiva la Corrupción atenta contra los derechos humanos, porque generalmente incide sobre una inefectiva separación de poderes, pudiendo tales derechos ser derogados de facto, aunque sean garantizados formalmente en la Constitución (Fleiner, 1999). Y esto es muy importante considerarlo, ya que los derechos humanos son indicadores del progreso social (Frosini, 1997).
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La ética cultiva valores, es decir virtudes, como honestidad, justicia, igualdad, respeto a la dignidad humana, sinceridad, fortaleza moral, solidaridad, responsabilidad, iniciativa y espíritu de trabajo, valores todos ellos que contribuyen al desarrollo y perfección del individuo y de la sociedad.

La corrupción se manifiesta por la práctica de antivalores como deshonestidad, injusticia, discriminación, irrespeto a la dignidad humana, hipocresía, cobardía moral, indecencia, egoísmo individualista, irresponsabilidad, defectos todos ellos que degradan al ser humano y obstaculizan el desarrollo económico y social de la nación.

Los valores éticos, como los antivalores de la corrupción, son rasgos de carácter que se manifiestan en el hogar, en el trabajo y en la vida social. La familia es la base fundamental en la formación del carácter y así como los valores, los antivalores, se aprenden en los primeros años de la vida, tomando principalmente como modelo el ejemplo personal de los padres.

La percepción de la corrupción por parte de la sociedad ha venido creciendo en los últimos años y se la identifica con la impunidad, la falta de justicia, y la traición al mandato popular.

La corrupción es un problema ético que se presenta a nivel global y en todos los estamentos de la sociedad, llegando al punto de la indiferencia. Arturo Uslar Pietri, declaraba: nadie duda de que existe la corrupción, pero no tenemos el valor de sancionarla. Y no tenemos el valor porque todos somos parte de esa tolerancia (Centro Gumilla, 1982).





[1] Apartes seleccionados del artículo de Francisco Javier Marín Boscán (2004): La corrupción: ¿Un problema de sociedad y/o político?

sábado, 9 de abril de 2016

Reflexiones sobre la Eutanasia












“La eutanasia alude profundamente a la autoimagen y a la imagen del mundo del hombre, a la comprensión de la enfermedad y la muerte. Trata sobre la libertad y la subordinación, la naturaleza, la sociedad y la cultura” Acta Bioética (2002)

El fenómeno de la eutanasia ha generado una polémica a nivel mundial y encierra posiciones personales y colectivas en cuanto a su aplicación o no, lo que ha llevado a que no se llegue a un consenso general al respecto, pues cada quien (persona o grupo) asume su propia posición, aunque existan algunas coincidencias entre los criterios. En las discusiones formales acerca de la eutanasia han tomado parte médicos, teólogos, abogados y filósofos, surgiendo grupos en favor o en contra de esta práctica. 

Al mirar hacia atrás en la antigüedad, en el libro “Politeia” de Platón (375 AC) se puede detectar de alguna forma el concepto de eutanasia activa y pasiva donde dice: “Implantarás tal jurisprudencia en la ciudad como una medicina, según hemos descrito, con el propósito de cuidar a los ciudadanos sanos de cuerpo y alma, pero que ya no lo están; solo permite que la muerte ocurra cuando su alma ya se ha vuelto incurable e insana”. Por otro lado, la ética médica se manifiesta desde el Juramento de Hipócrates (siglo V/IV AC) que niega la eutanasia y que dice “no le daré a nadie un remedio que pudiera causar la muerte, aunque se me pida, ni tampoco daré un consejo en esa dirección”. Como se puede apreciar, aún desde tiempos antes de Cristo, ya existían distintos puntos de vista respecto a la muerte y el término de eutanasia, hacía referencia a una muerte honrosa y agradable.

La muerte puede derivar en distintas fases o dimensiones: desintegración física, aislamiento, tristeza, miedo, negación, aceptación, resignación, obstinación, disputa, decaimiento corporal y espiritual. Esta situación conlleva a una necesidad de compañía al moribundo y a una preparación para su propia muerte, pero este acompañamiento y apoyo viene no solo de la familia (incluso a veces ni se recibe de la misma familia), sino de personas externas (cercanas o no), bien sea de forma individual o colectiva, de allí que se involucre a todo su entorno, influenciado además por la misma sociedad y la cultura. Por ello esta preocupación y el sentido entre la vida y la muerte, involucra a un todo, convirtiendo a la eutanasia en un problema que no solo es de tipo individual y familiar, sino que trasciende a todo un colectivo y cada posición depende de la sociedad y la cultura en donde se desarrolle el problema en cuestión.

Los avances médicos han trascendido al punto de conocer con antelación o predecir la muerte de una persona y extender la vida, aplazando su muerte, más no siempre posibilita mantener una mínima calidad de vida, es así como sobre estos mismos adelantos surge el planteamiento de hacer partícipe activamente al paciente de su propio tratamiento. En el tratamiento médico de las enfermedades agudas, se debe agotar los recursos físicos y emocionales que puedan alcanzar la curación del paciente y el problema bioético se presenta sobre aquellas enfermedades degenerativas, degradantes y totalmente incapacitantes. Existe el derecho del paciente a decidir por sí mismo en un asunto que es de su total privacidad y en este punto, la autonomía del paciente se enfrenta con la autonomía del médico. Las opiniones se dividen sobre el deseo del paciente de morir y la eutanasia activa practicada por el médico, sin embargo, la eutanasia activa contra la voluntad del afectado no puede ser justificada bajo ningún punto de vista. Muchos países en sus códigos penales no penalizan la eutanasia pasiva pero sí la activa.

Desde el punto de vista ético, puede existir de alguna forma cierta incoherencia por una lado, considera la vida como un valor absoluto que se debe mantener a toda costa, pero qué pasa con la personas que sufren enfermedades irreversibles, que deben soportar permanentemente dolor intenso para los cuales no existen medicamentos que los alivien, que cada día se van degenerando e incapacitando, aunque aún tienen capacidad de decisión y hacen una petición de eutanasia, pues aunque los médicos puedan prolongar su existencia, ¿no estarían profanando su dignidad humana? ¿Desde un punto ético podrían negarle esta petición a una persona en tal estado? ¿Qué le queda a una persona que lentamente está muriendo en un estado constante de agonía y sufrimiento que no solamente debe soportar él/ella sino todos los seres cercanos a su alrededor?

Ante este tipo de situación se podría acudir al Testamento Vital que es un documento donde una persona especifica las pautas y las decisiones a seguir en caso de encontrarse en una enfermedad irreversible y con excesivo sufrimiento. Este testamento se convierte en un instrumento valioso para asegurar el respeto a la autonomía y a la dignidad de una persona, aunque requiere una madurez y trascendencia en la sociedad. 

Se abate un gran peso de responsabilidad ética sobre este asunto y la ética recae indistintamente sobre todas las variadas opiniones que se tengan en cuanto a la eutanasia, siendo sus actores principales la medicina, la sociedad y los mismos países. 


La ética de la empresa y la ética de las organizaciones

La siguiente síntesis está basada en el video de Francesc Torralba (2011): Ética aplicada al mundo empresarial.

La ética de la empresa y la ética de las organizaciones, es un fenómeno que ha ido surgiendo en la necesidad de aplicar la ética en el ámbito empresarial, de allí que ahora en las organizaciones se hayan creado por ejemplo los códigos de ética, guías de buenas prácticas, pautas éticas en la dirección de la vida profesional, etc. Pero porqué emerge este fenómeno? Responde a una necesidad fundamental bajo 4 actitudes:

1. Actitud ingenua: Es la que no considera suficientemente los intereses, las tensiones, los conflictos y en ocasiones, el juego sucio que puede haber también en las organizaciones. Pero hay quienes consideran que no es necesario proponerlo sino que la ética ya está presente en ellas.

2. Planteamiento apocalíptico: Las organizaciones se rigen solamente por la sed de audiencia, consumo, rentabilidad y si para conseguir aumentar la cuenta hay que transgredir, vulnerar, engañar o simplemente competir con malas artes, todo vale. Desde este planteamiento la ética no tiene lugar en las organizaciones.

3. Actitud cínica: De algún modo convierte a la ética en cosmética, “ya tenemos un código de ética y seguiremos haciendo lo que hacemos siempre, pero queda bien tenerlo” Se convierte en un elemento de fachada o cosmético, pero al interior de la organización, los procesos y las interacciones tienen mucho que desear por lo que respecta a los valores éticos.

4. La ética como elemento imprescindible para la cohesión de una organización: Conoce las dimensiones de negatividad que tiene el mercado. Sin ética es imposible mantener una organización, su flujo, su calidad y su credibilidad en el entorno, se respetan los derechos de todos quienes colaboran en el producto final, existe una relación de equidad entre los colaboradores, los valoran por su talento y su capacidad: se fideliza al talento y por lo tanto no se va (no se retiene solo por el dinero). Existe calidad humana: no hay discriminación y se respeta la vida personal y familiar.

Surgen dos preocupaciones muy marcadas:

¿Cómo compatibilizar la ética con la competitividad?

Con la dureza del mercado, que no conoce virtudes como la calidad, la compasión, donde el pez grande se come al pequeño, lo que se ve siempre en tiempos de crisis y de precariedad. Se deben compaginar juntamente competitividad y cooperación, determinarse como sinónimos. Por lo general los que deben competir, hacer de lado a la ética, simplemente hacen lo que el mercado exige, sin embargo, el modelo de una organización que busque solamente su propio beneficio, lleva a su propio colapso. Lo único que hace que una organización sea competitiva, es que todos sus miembros cooperen, que haya transparencia, transferencia y talentos e ideas y pensamientos, capacidad de autocrítica, de autoanálisis y diagnóstico, debe existir la capacidad de detectar cuál es el producto que necesita el entorno en un momento dado y tener la flexibilidad para ofrecerlo. La ética no es un elemento que tiene como consecuencia una pérdida de valor y de potencia en el mercado, todo lo contrario. La cohesión hacia el equipo genera relaciones de equidad y de cooperación, genera más competitividad en el mercado porque concibe la cooperación dentro de la organización.

¿Cómo ser dignos de confianza y cómo generar confianza de lo que estoy ofreciendo en el entorno? 


Esta preocupación va en aumento, así como va en aumento la suspicacia o la desconfianza. La confianza es algo que toda organización desea como si fuera un talismán y en momentos de crisis, es aún más esencial que uno pueda confiar en determinada organización.

Los siguientes son ítems o capacidades claras para generar confianza:

1. La competencia: Si una organización es competente, es decir, hace bien lo que tiene entre manos, el resultado es que generará confianza. Por el contrario, la incompetencia genera desconfianza, y hace muy difícil recuperar nuevamente la confianza.

2. La transparencia: La transparencia es clave para la confianza, significa poder presentar claramente lo que uno hace, lo que una organización presenta a la sociedad. Si no está presente en una organización, generará frustración y crisis de confianza.

3. La honestidad: Se traduce en reconocer sus propios límites y derivar a otro que haga la tarea. Si se promete algo solo por retener al usuario, se es deshonesto y genera una crisis de credibilidad. La honestidad es la capacidad para poder identificar claramente cuál es el servicio o producto que se puede ofrecer y ser sensato para poder decir “esto no podemos hacerlo pero otras organizaciones sí”

4. La proporcionalidad: Tiene que ver con la relación valor-precio. La crisis económica que vivimos hoy día, es precisamente una desproporción entre valor y precio: vender a un precio que no es coherente con su valor real.

5. La flexibilidad: Es la capacidad de adaptarse a la metamorfosis del entorno. Si una organización se mantiene igual, se queda sin mercado y además pone de manifiesto que en la organización no hay talento. Se deben buscar estrategias con anticipación a los escenarios difíciles por venir. El talento está en la capacidad de anticiparse a una necesidad antes de su surgimiento.

Las anteriores capacidades son las que encierran la ética y cuando una organización puede tenerlas, son como una constelación a su alrededor, genera confianza.

¿Cómo vincular a la ética de las organizaciones con la internética?

La internética es la reflexión ética sobre el uso y manejo de la red. Hoy en día muchos se preguntan cómo vivíamos y cómo trabajábamos sin red, cómo consumíamos, cómo nos informábamos, cómo nos divertíamos, cómo nos comunicábamos. Al vincular la internética con la organización, es en esa relación ética donde las transformaciones positivas y negativas han influenciado en la vida personal y en la de la organización. Existen dos escenarios: La red nos ha liberado, ha mejorado la calidad de las interacciones, ha mejorado la cohesión interna de las organizaciones, ha unido a personas separadas por razones de trabajo, ha surgido más fraternidad y solidaridad entre personas y pueblos. Por otro lado, cada vez tenemos menos tiempo.

El contexto de crisis es un contexto que invita a pensar, no es solo un fracaso estrepitoso, es una oportunidad para pensar en qué la ha generado y qué lecciones puedo aprender de ella, lo que nos lleva e reflexionar en preguntarse ¿qué parte es mi responsabilidad? y para lograr esto se requiere de autocrítica, que es la capacidad de releer críticamente los procesos internos de una organización y tratar de ver qué parte tuvo en la manifestación de esa crisis y cómo salir de ella. El peor modo de salir de una crisis es mirar al otro lado e imputar la causa a otro, indefectiblemente.

La ética regula la vida de las organizaciones desde la sensatez y el sentido común.

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Video de referencia: https://www.youtube.com/watch?v=7YjlGrwUx38



jueves, 24 de marzo de 2016

El sentido de la ética en las profesiones y en la sociedad contemporánea

La ética mantiene una estrecha relación con las ciencias que estudian las leyes que rigen el desarrollo humano y su estructura social, el ser social en el contexto de relaciones dadas y las estructuras en las que se integran dichas relaciones, su forma de organización y las relaciones entre individuos, insertándose el comportamiento moral a partir de la sociedad donde nace, respondiendo a las necesidades y exigencias de la vida social, condicionando los actos morales individuales dadas dichas influencias. Hoy día estas influencias se desarrollan principalmente en tres aspectos, la economía, la ciencia y la tecnología, que a través del proceso de globalización a pasos agigantados, parece que se llevara todo por delante sin ningún control y sin medir consecuencias. Es por ello que es cuando el individuo debe tomar decisiones, pues constantemente se está enfrentando a problemas que debe solucionar y es allí donde se pone en tela de juicio su debida conducta, muchas veces sin darse cuenta de los errores que comete, aun existiendo normas, derechos y deberes a cumplir y por los cuales se rija. El trabajo que desempeña cada individuo parte de una formación profesional a través de su vida, desde pre-escolar hasta la etapa universitaria ésta última lo lleva a desempeñarse dentro de un alto grado de conocimiento que se va a reflejar a lo largo de la vida y a través del carácter que se forme y se sabe usar, combinándolo con la vocación y la responsabilidad, que es la lleva a la persona a responder por sus propios actos. El código de ética en cada profesión enmarca las reglas, derechos y deberes que llevan al individuo a tener un buen desempeño profesional y a evitar que caiga en errores profesionales y morales, alcanzando la capacidad moral e intelectual para poder diferenciar lo que es correcto e incorrecto en su profesión.

Ante la sociedad, la ética tiene una función dual de raciocinio con juicios éticos a partir de teorías que definen lo es correcto, que tratan de resolver dilemas éticos señalando lo que es éticamente aceptable y lo que se debe rechazar. Dentro del consenso se puede distinguir algunas leyes como injustas o exigir una mejora y calificar una legítima demanda basada en criterios éticos, de otras que los carezcan. Toda acción sirve o daña, de allí la importancia que cada acción tenga un componente ético, pero ello depende también de la sociedad y la cultura donde se desarrolle dicha acción, lo ideal sería que estas acciones contribuyeran siempre hacia la excelencia humana.

sábado, 20 de febrero de 2016

"Si no tomamos nota de lo alto que sale la falta de ética en dinero y en dolor, el coste de la inmoralidad seguirá siendo imparable" Adela Cortina

Conceptos


     La palabra ética viene del griego ethos que quiere decir carácter. Los seres humanos somos inevitablemente morales porque todos nos formamos un carácter; como personas y como organizaciones somos estructuralmente éticos. Todas las personas nos forjamos un carácter porque nacemos con un determinado temperamento, pero a lo largo de la vida nos vemos obligados a tomar decisiones que nos generan una predisposición y cada decisión trae una consecuencia de acuerdo a nuestra elección, que puede ser positiva o negativa. Las predisposiciones en la ética se denominan virtudes o vicios; virtud en griego areté significa excelencia, por lo tanto, lo ideal sería que estas predisposiciones que nos forjamos día a día sean las mejores y nos forjemos un buen carácter, que dichas predisposiciones sean virtudes que tienden a todo aquello que lleva a la felicidad y no vicios que son los que nos llevan a la desdicha.

     Los individuos se enfrentan a la necesidad de ajustar su conducta a normas que se establecen y se reconocen como las adecuadas a ser cumplidas y así actúan de una u otra forma, por lo cual se dice entonces que el hombre se comporta moralmente, poniendo de manifiesto rasgos característicos que lo distinguen de otras formas de conducta humana y ante este comportamiento, los demás emiten su juicio o juzgan también de acuerdo o otras normas establecidas. Surge entonces por un lado, actos o modos de comportamiento ante ciertos problemas que se llaman morales y por otro lado, juicios que aprueban o desaprueban moralmente dichos actos, señalando en ambos lados lo que se debe hacer, lo que lleva a una reflexión que pasa de la práctica moral a la teoría moral, encontrándonos con los problemas teórico-morales o éticos.

-Moral como estructura. No respondemos automáticamente al medio que nos rodea, sino que lo entendemos como una realidad, ante lo cual vamos generando una cantidad de posibilidades de respuesta y entre ellas tenemos que elegir. Somos libres y no podemos dejar de ser libres, debemos justificar nuestra elección y hacernos responsables de ella. Tenemos una estructura de libertad, justificación y responsabilidad, que es lo que se llama la estructura moral, presente en todos los seres humanos, pero los contenidos morales son diferentes en cada uno, así como en cada cultura, desarrollándose así un lenguaje moral de acuerdo a cada cultura. De allí que los adultos tengamos una responsabilidad moral muy grande en la sociedad en que vivimos, ya que los niños y los jóvenes aprenden de ese lenguaje que se les inculque y ellos no aprenden lo que les decimos sino lo que hacemos. Pero lo que hace cada cultura con su moral, a veces no está de acuerdo o no es bien vista en otra cultura (acciones de violencia, insolidaridad, desigualdad, etc.).

-Moral como contenido. Los contenidos morales vienen siempre del lugar que nacemos, de las tradiciones, de la filosofía, de la literatura y de fuentes que son culturales, y ha habido un progreso cultural que nos ha llevado a crear una declaración universal de derechos humanos es obligación de nuestras sociedades empoderar las capacidades básicas de todos los seres humanos para que puedan desarrollar aquellos planos de vida que tengan razones para valorar, teniendo como base el respeto hacia los planos de vida de los demás, lo que ha llevado a desplegar lo que se llama objetivos de desarrollo del milenio.

-Altruismo biológico. Algunos animales y los seres humanos son biológicamente altruistas, invierten parte de sus recursos en el bienestar de otros seres humanos; ser altruista es invertir recursos propios en el bienestar de otros.

-Altruismo genético. Aquel que es altruista lo es con sus hijos genéticos o sus cercanos, como seres humanos tenemos la capacidad de cuidar a otros, pero esta tendencia va hacia las personas más cercanas.

-Seres reciprocadores. Estamos dispuestos a dar más allá de nuestros parientes, pero siempre que tengamos la expectativa de recibir.

-Capacidad de cooperar. Nos ayudamos unos a otros, quienes se ayudan mutuamente salen adelante más pronto

-La ética es rentable. Es mejor buscar aliados que adversarios. Quien trata de satisfacer a todos los grupos de interés, genera lo que se llama capital social, se generan relaciones y la gente después tiene deseos de cooperar, de trabajar conjuntamente y de manera mutua.

-Sensibilidad moral. Las personas deben tener sentido de la justicia y sentido de la gratuidad, no basta con cooperar y buscar aliados.

Universalismo

Martha Nussbaum (2007) afirma que el respaldo filosófico del universalismo se encuentra en las ideas de las capacidades humanas "lo que las personas son realmente capaces de hacer y de ser". Las capacidades se refieren al conjunto de funcionamientos que son factibles para una persona, pudiendo elegir. Nussbaum dispone tres argumentos en contra del universalismo desde la cultura (en continuo dinamismo y evolución), desde lo positivo de la diversidad (ya que existen algunas prácticas culturales que dañan a las personas) y desde el paternalismo (debiera abarcar siempre el tener la oportunidad de pensar y poder elegir por uno mismo). El universalismo debe acoger un solo concepto en cuanto a las necesidades y capacidades de los hombres y mujeres de todo el mundo y los intereses universables deberían estar enfocados hacia la dignidad humana y su vida plena, en completa libertad y autonomía crítica.

Propuestas morales que pueden extenderse universalmente:
  • Los derechos humanos y las capacidades básicas
  • La democracia como sistema político
  • La economía encaminada a la meta de ayudar a formar buenas sociedades, crear riqueza al servicio de la sociedad
  • La ciencia y la tecnología al servicio de la dignidad humana y al servicio de una mejor naturales y al cuidado de los animales
  • Invertir el dinero de forma debida y no desviarlo de los propósitos correctos
Concepciones

Adolfo Sánchez (1960) explica: "La tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes"

Pero la realidad moral ha variado a través de la historia, por lo cual sus principios y normas se adaptan a esta variación, por lo tanto su formulación no puede alejarse de la experiencia histórica moral.

También afirma Adolfo Sánchez: "La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero considerado en su totalidad, diversidad y variedad...El valor de la ética como teoría está en lo que explica, y no en prescribir o recomendar con vistas a la acción en situaciones concretas"

De acuerdo a Adela Cortina (2014): "La ética nos lleva a preguntarnos: ¿Qué queremos hacer?, ¿a dónde queremos ir?, ¿hacia a dónde queremos llevar el curso de nuestras vidas?, ¿qué tradiciones son la que queremos mantener?".

Se requiere la recuperación ética de nuestra sociedad. Necesitamos una humanidad en la que todos nos preocupamos por todos, donde exista una democracia deliberativa, que es la que tiene por objetivo transformar públicamente las diferencias para llegar a una voluntad común a través de la deliberación sobre asuntos de justicia ineludible, que involucra a todos con compromisos reales y actuación conjunta.

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Referencias:

Cortina, Adela (2014). Para qué sirve realmente la ética? Forum Larramendi. Video disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=F3LXHC6CMyc&feature=youtu.be

Sánchez Vásquez, Adolfo (1960). ÉTICA. Editorial Grijalbo. Primera edición. México.

Cortina, Adela (2004). Democracia deliberativa. El País. España.

Nussbaum, Martha (2007). El enfoque de las capacidades de M. Nussbaum: Un análisis comparado con nuestra teoría de las necesidades humanas. Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global N° 100. Pags. 177 - 202. Madrid